Al igual que los humanos, los animales no están exentos también de mutaciones genéticas. Cleyed fue el tercer gatito de una camada de tres y nació con una malformación craneal que le hizo tener un solo ojo. Esta malformación no permite el desarrollo completo del cráneo tanto de animales como personas que suelen morir a las pocas horas tal y como le pasó al pequeño Cleyed. Sus dos hermanas de camada sobrevivieron al parto pero nunca serán tan recordadas como su efímero hermano.