Después de un intento fallido en agosto de 2.012, la NASA por fin ha logrado realizar con éxito una prueba dentro del proyecto Morfeo que consistía en hacer despegar en vertical una aeronave hasta 142 metros y que ésta volviese a aterrizar. A simple vista y dada la tecnología de la que disponemos actualmente parece algo bastante sencillo, pero ni mucho menos, este experimento sentará las bases de las futuras misiones espaciales tripuladas.