Una jarra de agua, un vaso y unas pelotas, ni más ni menos… He flipado en colores con las cosas que se pueden hacer con estas tres cosas tan básicas amigos, o mejor dicho, cómo una persona es capaz de utilizarlas a su antojo para ofrecer uno de los mejores espectáculos de magia del mundo. En la simplicidad está el gusto y no es de extrañar que Yann Frisch ganase el título de campeón mundial de magia por números como el que veréis a continuación.