Desde la ignorancia de los «no voladores» vemos alucinante cualquier maniobra que realice un piloto cuando surgen complicaciones antes del aterrizaje. En esta ocasión, el avión no solo sufrió una avería en el tren de aterrizaje a escasos metros del suelo, sino que además aquel día hubieron unas ráfagas de viento muy fuertes, sin duda durante esos instantes más de uno hubiera agradecido llevar pañales…