Nadie es consciente de la repercusión que pueden tener sus actos hasta que no se encuentra detenido y con cargos de asalto agravado, robo y delitos conexos, como fue el caso de estos dos niñatos. No se les ocurrió otra cosa que ir por el vecindario con una pistola de perdigones robando a sus vecinos los sacos de sal que usan para la nieve y encima los obligaban a que se los cargaran en la parte trasera de la camioneta. Pues nada campeones, rezad para que sean cariñosos con vosotros en el trullo.