El 11 de marzo de 2011 la tierra tembló bajo los pies de millones de japoneses debido a un terremoto de magnitud 9.0 en la escala Ritchter. El fenómeno tuvo su epicentro en el mar frente a la costa de Honsu, duró aproximadamente 6 minutos y fue a consecuencia del desplazamiento entre las placas del Pacífico y Norteamericana. La magnitud lo convirtió en el terremoto más fuerte sufrido en el país nipón hasta la fecha. Horas después del terremoto entró en erupción el volcán Karangetang.