Sin riesgo no hay emoción tíos y eso bien lo sabe el intrépido cámara aficionado que grabó el vuelo rasante de una avioneta a escasos centímetros de su cabeza. Para mi que tanto uno como otro no controlaron las distancias y al final se les fue el asunto un poco de las manos, pero vaya toma que grabó el colega con su teléfono móvil…