Hasta ahora en nuestra sesión de atracos hemos visto gilipolleces de todo tipo pero creedme que esta se lleva la palma con mucha diferencia. Si ya no es una buena idea intentar robar un cajero automático en una de las zonas más transitadas de la ciudad, menos lo es hacerlo a plena luz del día, delante de unas cámaras de televisión y ¡sin método para transportarlo!. Me gustaría saber qué pasaba por la cabeza de estos dos iluminados cuando estaban arrastrando el cajero por la calle…