Al loro si os encontráis por las calles de vuestra ciudad con este viejo porque cuando se sube a su cuatriciclo llega a ser de lo más peligroso. La mayoría de los viandantes que se cruzan con él se muestran asombrados ante su pericia al volante pero desconocedores de que la broma tiene un truco que os dejo que adivinéis vosotros mientras os divertís con el sinfín de piruetas que es capaz de hacer un octogenario como este.