Una cámara oculta no engaña tíos y hoy vais a poder ver dónde miran realmente las mujeres cuando creen que no las están viendo. Un joven hizo un experimento y no se le ocurrió otra cosa que ponerse una cámara oculta y un calcetín en la entrepierna para marcar paquete. No os podéis perder las caras de ellas y cómo vuelven a mirar una y otra vez, pero lo más fuerte fue que también cayó en la trampa una joven que iba cogida de la mano de su enamorado y, mientras él apoyaba su cabecita encima de su hombro, ella hacía como que le escuchaba pero con la mirada clavada en el bulto…