Parece ser que a la gente les sobran vidas y por eso se la juegan con una tranquilidad pasmosa; ¿qué pretendería conseguir este joven lanzándose desde un precipicio al mar justo cuando pasaba por allí un surfista con su tabla?, ¿ser el más guay de la peña?, ¿un premio?, ¿un récord guinness?… Solo él lo sabrá y aunque seguramente estudió el salto cien veces, podría haberse quedado en el sitio por esa imprudencia.