Longyearbyen es la capital del archipiélago noruego de Svalvard. Si por curiosidad se os ocurre viajar por turismo a la ciudad habitada más septentrional del planeta no temáis por encontrar todas las comodidades necesarias para la vida pero eso sí, dos recomendaciones: abrigaos bien y sobre todo, no se os ocurra moriros allí porque está prohibido. El motivo no es otro que las bajas temperaturas que caracterizan el clima de este archipiélago. A principios del siglo pasado, unos científicos desenterraron los cuerpos congelados de unos marineros esperando encontrar la vacuna para evitar una pandemia y se dieron cuenta de que los cuerpos se mantenían en perfecto estado de conservación. Para evitar que la gente vaya allí a morir con el fin de poder ser desenterrados y devueltos a la vida en un futuro, el gobierno local decidió prohibir morirse en su territorio.
Fuente Fotografía: elpais.com

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