Esta es la asombrosa historia de Ra Paulette, un hombre de 65 años que lleva la friolera de 25 construyendo una catedral subterránea en medio del desierto con la ayuda de una pala, un pico y sus propias manos. La catedral tiene 8400 metros cuadrados y lo que para él comenzó como una especie de retiro espiritual, ha terminado en una obra maestra de la cual no puede deshacerse puesto que se ha convertido en una obsesión, según confiesa, está las 24 horas pensando en ella y en su cabeza no cabe otra idea. Este singular hombre ha puesto precio a la construcción, 1 millón de dólares, pero también confiesa que no es propietario del terreno y que lo suyo no es una cuestión de interés económico, tan solo una herramienta de cambio espiritual para quien quiera meditar allí.
Fuente Noticia: idealista.com

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