Este tío estaba tan confiado de que sus planes iban a salir bien que no se ha preocupado lo más mínimo en quién era la niña a la que quería secuestrar. Sin pensárselo dos veces se ha metido en el ascensor dispuesto a llevar a cabo su maléfico plan sin poder imaginar que la historia no iba a salir tan bien como él pensaba. No os perdáis el desenlace porque sin duda os recordará aquéllo de que las apariencias engañan.